Almonte PSYCHOLOGISTONLINE
Psicólogo Almonte
Especialista en Educación para la Diversidad, Master en Gestión de Personal.
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sábado, 6 de marzo de 2021
martes, 19 de mayo de 2020
CONSEJOS PARA AFRONTAR LA DESESCALADA SEGÚN LA EDAD DE LOS DE LOS HIJOS
¿Tienes dudas sobre cómo abordar la vuelta a la normalidad con tus hijos?
¿Cómo puedes ayudarles a canalizar los sentimientos que les despierta? Aquí te proponemos
como hacerlo de manera diferente según su edad de tu hijo.
Poco a poco nos adentramos en
el camino hacia la ‘nueva
normalidad’; un proceso que sabemos será largo y costoso y que, para los
que están con sus hijos en casa, les
genera algunas dudas; como por ejemplo: ¿Cómo
podemos explicarles a los hijos la nueva
realidad para que sean capaces de darle sentido a la desescalada? ¿Cómo podemos
ayudarles a canalizar todos sus sentimientos negativos? ¿Y ayudarles a exponer
los positivos? Del mismo modo, ¿cómo podemos hacer que sigan sus rutinas y se
interesen por los nuevos métodos de aprendizaje?
En tal sentido debes tomar en cuenta que, es necesario reconocer y validar sus
sentimientos, cualesquiera que sean.
Los
hijos tienen derecho a estar enfadados, tristes, cansados… ya que en esta
cuarentena se ha limitado su vida social y se han introducido muchos cambios en
muy poco tiempo. Incluso nosotros como adultos nos hemos visto afectados y nos
está costando gestionar en ocasiones dichos sentimientos.
Sabes que debes acompañarle en este proceso y explicarle, paso a
paso, qué cambios se producen en cada momento y qué esperamos de ellos. Sin
embargo, la edad en la que se encuentran nuestros hijos es clave para tratar de
un modo u otro la situación. Es decir, la forma en el que afrontemos la
comunicación y les ayudemos a gestionar sus emociones, incorporar
paulatinamente las nuevas rutinas, supervisar y apoyar su proceso de
aprendizaje en cada periodo de tiempo, variará en función de su edad.
CONSEJOS PARA LA DESESCALADA
Por ello, quiero
apoyarte a ti como tutor y familia con una serie de consejos según grupos de
edades.
De 0 a 3 años
Además, en esta etapa muchos de ellos no han conseguido
desarrollar un lenguaje suficientemente amplio para comunicarse con claridad,
por lo que resulta en ocasiones muy difícil saber qué le pasa a nuestro hijo.
Para ayudarles a reconocer las emociones más básicas, expresarlas y
gestionarlas, podemos tener en cuenta los siguientes consejos:
·
Ayudarnos de
cuentos y dibujos para explicarles la situación. Dibujar las emociones y
asociarlas a distintos colores y situaciones también puede facilitar que nos
enseñen cómo se sienten en un determinado momento.
·
Es necesario
planificar de antemano las salidas y explicarles que si se encuentran a un
amigo, no podrán acercarse a él para jugar, ofreciéndole una serie de
alternativas como saludarnos con la mano y hablar un ratito, hacer una
videollamada cuando lleguemos a casa, o hacerle un dibujo.
·
Para prevenir
conductas agresivas, es importante que el establecimiento de límites se trabaje
desde muy pequeños, puesto que les proporciona seguridad. Para ello, debemos
apoyarnos en el afecto, pues los límites son parte del cariño.
En definitiva, los aprendizajes en esta etapa deben ser lúdicos, a
través de juegos y cuentos podemos aprender los colores, las formas, pero también
aprovechar actividades de la vida diaria para desarrollar estos aprendizajes y
otros más, como la motricidad, la memoria o la atención. Cocinar, plantar una
semilla o elaborar la lista de la compra, son actividades que nos pueden servir
para ello.
En la actualidad contamos con numerosos recursos y propuestas para
trabajar con los niños online, lo importante es tener claro qué queremos hacer
y programarnos para no sobreexponerles a las pantallas ni volvernos locos con
la gran cantidad de oferta.
De 3 a 6 años
·
No exponerles a
información o noticias que no sean capaces de comprender, ya que les generará
miedos e inseguridad. Tampoco mentirles, ni ocultar información. Debemos adecuar las explicaciones a su
nivel de madurez.
·
Enseñarles a
reconocer sus propias señales corporales en relación a las distintas emociones:
cuando me estoy enfadando siento presión en la cabeza, no puedo parar quieto, y
tengo ganas de gritar y de apretar algo muy fuerte.
·
Ayudarles a
identificar qué situaciones les hacen sentir así, para que cuando vuelvan a
ocurrir puedan responder de una manera diferente, pensando en una alternativa
más positiva.
·
Destacar aquellos
momentos que nos hacen sentir bien: el abrazo de papá, escuchar música, leer un
cuento, jugar con mamá… Se trata de centrar la atención en aquellos aspectos
positivos, y retirar el foco de los negativos.
·
Si observamos que
empiezan a presentar algunas conductas agresivas, es importante ayudarles a
descargar la emoción que presentan en ese momento, desviar su atención de la
situación que ha desencadenado el problema para después hablar sobre qué ha
ocurrido y cómo se han sentido.
En bueno recalcar
esta etapa, coincide por lo general con el
inicio de la lectoescritura, aún se hace necesario el acompañamiento de los
padres en las tareas escolares. Por norma general, el acceso a los métodos de
aprendizaje online, suelen ser muy motivadores y atractivos para los alumnos,
pero hay que acompañarlos, tratar de que participen y escuchen a sus
compañeros.
De 6 a 12 años
·
Conocer qué
información saben y, a partir de ahí, explicarles y darles la información que
ellos requieran. Actualizar la información que vamos teniendo y compartirla con
ellos.
·
Responder a sus dudas
e inquietudes con sinceridad y con optimismo.
·
Establecer un sistema
claro de límites y normas, en el que ellos participen. Anticipar las
consecuencias a cada una de esas normas.
·
Hacerles partícipes de
algunas decisiones familiares. Planificar con ellos las salidas y las nuevas
rutinas que vamos incorporando en nuestro día a día, para que sientan que se
les tiene en cuenta.
·
Hablar sobre el futuro
más inmediato, sobre sus expectativas a corto y medio plazo y los cambios que
podemos esperar. Debemos trabajar con ellos la anticipación de distintos
escenarios. ¿Qué puede pasar si…?
·
Hablar con ellos de
sus miedos y sus preocupaciones, escucharles y reconocer la importancia que
para ellos tiene.
·
Trabajar actividades
de relajación, respiración… En esta etapa ya podemos trabajar técnicas de
relajación guiada y los diferentes tipos de respiración.
·
Crear un ‘Rincón de la Calma’ al cual pueden
acudir cuando se sientan nerviosos, tristes o enfadados. Podemos utilizar
materiales que previamente habremos elaborado con ellos, por ejemplo, botella
de la calma (donde podemos meter dibujos, notas…), mandalas, cuentos relajantes o materiales
sensoriales.
·
Analizar con ellos qué
aspectos positivos hemos sacado de esta situación. Qué cosas creen que han
cambiado a mejor, y qué aspectos necesitamos seguir trabajando.
Para poder hacer frente a las emociones negativas y
reforzar aquellas positivas, debemos crear nuevas oportunidades: nuevos
hobbies, proyectos a largo plazo… Es necesario hablar con ellos, y
clarificarles qué conductas son las esperadas, y cuáles no van a ser toleradas.
Debemos mantener diálogos frecuentes con ellos y preguntarles cómo suelen
reaccionar ante situaciones conflictivas que se les presentan en el día a día,
y enseñarles otras opciones que pueden utilizar que sean más adaptadas.
En estas edades, aunque siguen necesitando nuestro apoyo para
organizarse y resolver algunas dudas, empiezan a ser más autónomos. Los padres
podemos orientarles en la búsqueda de información y ayudarles en las dudas que
se vayan generando. Es importante supervisar la realización de tareas y
comprobar que hayan entendido las instrucciones y explicaciones dadas, dando
pie a que empiecen a ser ellos los protagonistas de su aprendizaje.
De 12 a 18 años
En esta etapa, por norma general, les cuesta asumir las normas
impuestas y suelen cuestionar las decisiones. Pero también es una etapa en la
que se pueden mantener conversaciones más adultas y compartir información de
una manera enriquecedora para ambos.
Durante estas
edades hay que hablar con ellos sobre sus sentimientos, interesarse en su día a
día, vigilar los cambios de humor o comportamiento y no menospreciar sus
problemas ya que para ellos son importantes.
Para los padres, puede ser un desafío lograr que sus
hijos cumplan el distanciamiento social. Por ello, es necesario transmitirles
la idea de que no se trata tanto de ellos, como de que cualquier persona puede
contagiarse y ser portadora, contagiando a otras personas que sí pueden sufrir
efectos muy negativos en su salud. Es
por tal Razón Resulta conveniente:
·
Compartir información
sobre la nueva situación, probablemente ellos sepan incluso más que nosotros.
·
Respetar ciertos
momentos en los que deseen estar solos, darles su espacio y su tiempo.
·
Establecer
conversaciones periódicas con nuestros hijos, interesándonos por cómo se
sienten, preguntando directamente sus preocupaciones y sus necesidades
actuales.
·
Invitar a nuevos
espacios de reunión familiar, sin obligarles. Crear un momento para hablar,
jugar, o simplemente estar todos en familia.
·
En esta etapa los
amigos son muy importantes, los vínculos que establecen con sus compañeros es
uno de los aspectos fundamentales de su desarrollo personal y social. Ahora que
ese contacto se ha reducido, debemos ser algo más flexibles en cuanto al uso de
móviles y nuevas tecnologías, pero estableciendo siempre unos horarios y unas
normas de uso.
·
Interesarnos por sus
gustos, sus hobbies, es un buen momento para conocer sus gustos y participar en
ellos.
A la hora de
prevenir conductas de riesgo en adolescentes, la familia es clave. Es fundamental una comunicación continua y frecuente con ellos,
practicando la escucha activa, no abusando de los imperativos y órdenes, y
negociando con ellos.
Usar el ‘estar’ en lugar del ‘ser’, por ejemplo cambiar el mensaje ‘eres un
desordenado’ por ‘la habitación está desordenada’; no debemos etiquetar ni
comparar.
Al estar más tiempo en casa y ser las redes sociales
su principal vía de comunicación con los amigos, es importante estar atentos al
tiempo diario que dedican a jugar a videojuegos, o al uso del móvil, ya que
pueden engancharse más fácilmente que en otros momentos. Limitar el tiempo de
uso de los aparatos electrónicos y un control parental en el los dispositivos son
cuestiones fundamentales que los padres deben tener en cuenta. No se trata de
imponer, si no de pactar y acordar con ellos un uso razonable, tampoco de
entrar en su intimidad, puesto que poco a poco se van haciendo adultos y hay
que respetar su espacio y depositar la confianza suficiente para que sean
personas autónomas.
Por último, a esta edad son suficientemente autónomos
para seguir las rutinas escolares establecidas. Sin embargo, podemos ayudarles
a organizar su agenda semanal, y a resolver sus dudas. Solo si ellos nos lo
piden, ayudarles a repasar y a estudiar. Es un momento importante en el que
pueden desarrollar la capacidad de gestionarse en relación a los estudios. La labor de los padres aquí, es de
supervisión y acompañamiento y solo en aquellos casos en los que nuestro
hijo demuestre que no es capaz de organizarse y está faltando a la entrega de
tareas, es necesario intervenir y supervisar sus trabajos.
Termino con esta frase:
"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto:
a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber como
exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea".
Paulo Coelho.
domingo, 5 de abril de 2020
CÓMO DESARROLLAR LA RESILIENCIA EN TIEMPOS DE COVID-19
«La resiliencia se entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a
las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado
positivamente por ellas»-
Edith Grotberg.
En épocas de crisis como la que ahora vivimos, la
resiliencia es una capacidad que puede ayudar a las personas a afrontar de
manera firme y anclada a la realidad los cambios que se avecinan.
El sentido de la vida es una vida
con sentido. La resiliencia’, nos habla de ella y ofrece una serie de pautas
para desarrollarla en plena crisis sanitaria por el coronavirus.
Cómo vivir los nuevos tiempos con Resiliencia
Cuando nos
encontramos ante una situación crítica como la que estamos viviendo, el primer mecanismo
que se activa en nosotros es el afrontamiento, es decir, la capacidad que
tenemos para asumir en el momento una situación que puede ser
destructiva.
Si bien el
afrontamiento nos prepara para recibir el impacto inicial, la resiliencia nos equipa
para sobreponernos al evento crítico y transforma la situación en una fortaleza
para el futuro. Por tanto, ser resilientes nos va a ayudar a evitar
determinados problemas psicológicos y que pueden derivar de una situación
adversa. De este modo, la resiliencia requiere un esfuerzo cognitivo y una
actitud determinada.
Aunque es cierto que unas personas son más resilientes
que otras, la resiliencia no es algo que unos tengan y otros no. Así que vamos
a dar unas pautas que nos van a ayudar a mantener nuestro estado de
resiliencia:
Pautas para mantener un estado resiliente frente a
la situación actual
Existe un vínculo
entre la resiliencia y saber vivir el momento presente con la creatividad, con
la inteligencia emocional y con la felicidad, por tanto, si potenciamos todas
estas habilidades estaremos entrenándonos en resiliencia.
1. Permítete tener emociones intensas sin temerlas
ni huir de ellas
Para ello es
importante aprender a reconocer las emociones y no huir de los problemas, sino
afrontarlos y buscar soluciones, tomándote el tiempo que necesites para
descansar, siendo consciente de lo que te puedes exigir y cuándo debes
parar.
2. Soluciona los problemas y libera tu mente
Coge papel y lápiz y escribe: ‘el tema a tratar
es…’. Una vez que lo hayas definido, lleva a cabo una lluvia de ideas con
posibles soluciones: las más y las menos posibles. Tras ello, vamos a hacer una
lista con los beneficios y los inconvenientes de cada idea que hemos tenido y,
finalmente, vamos a elegir aquellas que supongan menos inconvenientes. Así,
nuestro problema ya no estará dando vueltas en nuestra cabeza porque estará
plasmado en un papel y con posibles soluciones.
3. Acepta el cambio como parte de la vida
Cuando estamos en una
situación difícil nos sentimos alejados de nuestras metas. Para volver a
acercarnos a ellas, se hace necesario aceptar las circunstancias que no se
pueden cambiar y comenzar a trabajar sobre los aspectos que sí son
modificables.
«Ser resilientes nos va a ayudar a evitar determinados problemas
psicológicos y que pueden derivar de una situación adversa»
4. Establece metas realistas
Una meta puede ser
cualquier cosa que se desea hacer o conseguir y guarda una estrecha relación
con la motivación porque de ella va a depender que alcancemos o no nuestro
propósito. Tener metas es importantísimo porque incluye la capacidad de
comprometerse. Pero posiblemente, y debido a la situación actual, todos
nosotros tengamos que replantearnos algunas de nuestras metas y adaptarlas a
este momento.
5. Piensa de manera práctica y constructiva
Son muchas las veces que
le damos vueltas a un asunto que no podemos solucionar o nos imaginamos
situaciones en las que las cosas van a ir de mal en peor. Cuando esto
ocurra, céntrate en actividades que requieran una gran atención, como jugar al
ajedrez o leer un libro de una temática de la que no tienes mucho conocimiento,
pero que te resulte interesante.
6. Mantén una actitud optimista
En realidad
la diferencia que existe entre tener una actitud optimista o pesimista es
mínima, pero significativa. El optimismo es la tendencia a esperar que el
futuro depare resultados favorables y es lo que nos ayuda a enfrentarnos a las
dificultades con ánimo, a descubrir lo positivo que tienen tanto las personas
como las circunstancias.
7. Cuida las relaciones con los demás
En los momentos
complicados las primeras personas que aparecen son nuestras amistades más
cercanas y nuestra familia. Afortunadamente, contamos con medios tecnológicos
con los que podemos mantener conversaciones mirándonos a la cara a pesar de
estar lejos, así que usemos estos medios para hablar, para jugar, para animar y
que nos animen, para compartir experiencias…
«La resiliencia parte
de un punto de vista realista, de la confianza de que el golpe recibido no nos
desestabilizará si hacemos frente a él, lo asumimos y lo utilizamos para
mejorar nuestra vida»
8. Haz deporte
Cuando hacemos
deporte estamos desarrollando una serie de valores personales y sociales que
nos convierten en personas más resilientes sin que nos demos cuenta: nos
marcamos retos, aumentamos la autodisciplina, el autoconocimiento, la
autoestima…
9. Nutre tu autoestima
La autoestima depende
de en qué medida nos sentimos valorados, queridos y aceptados por otros y en
qué medida nos valoramos, queremos y nos aceptamos nosotros mismos. Toma conciencia
de todo lo que has conseguido hasta el momento y de todo lo que te
queda por conseguir. Para ello, haz el ejercicio de plantearte metas,
ejercicio físico y no descuides a tus amistades (hay que buscar tiempo para
enviar un mensaje de vez en cuando a las personas con las que menos hablas, por
ejemplo).
10. Aprende a crecer con los problemas
No podemos evitar
encontrarnos con problemas o situaciones de crisis, al menos no siempre podemos
hacerlo. Por tanto, debemos tomar estas situaciones como retos que se nos
presentan en la vida y que nos empujan a sacar lo mejor de nosotros mismos: a
ser más fuertes, a pensar y a actuar en consecuencia. Utiliza cada experiencia
que vivas para crecer como persona.
Finalmente quiero
decirte que no te preocupes, solo se cae quien está de pie. Porque los que
nunca se han caído, es porque probablemente se han arrastrado toda su vida.
CARLOS ANT. ALMONTE CRUZ, M.A.
Psicólogo, Especialista en Educación para la
Diversidad.
DALE AL SIGUIENTE LINK.
domingo, 1 de diciembre de 2019
7 CLAVES PARA TOMAR EL CONTROL DE TU VIDA
En nuestro día a día, tenemos una gran cantidad de asuntos a resolver y que coordinar: amigos, familia, trabajo, ocio, descanso… Pero en realidad son pocas las cosas que podemos controlar por nosotros mismos. Aprende a dominarlas y cambiarás tu mundo.
Vamos a centrarnos en todo aquello que tu sí que puedes dominar y vamos a dejar de perder el tiempo intentando controlar lo que no está en tu mano.
Vamos a centrarnos en todo aquello que tu sí que puedes dominar y vamos a dejar de perder el tiempo intentando controlar lo que no está en tu mano.
1. Inhala, exhala, repite
La mayoría de la gente ni siquiera piensa en su respiración, ni el poder que tiene la capacidad de concentrarse en ella. Siente como tu pecho sube cuando inspiras y baja cuando expiras.
La respiración es vital para relajarse y ralentizar tus pensamientos. Con unas simples respiraciones profundas dejas de centrarte en lo horrible de la situación para hacerlo en tu respiración. Cuando te enfocas en tu respiración, puedes contar “uno” mientras inhalas”, “dos” al exhalar. Al llegar a 10, comienza de nuevo. Empezarás a sentirte mejor muy pronto.
2. Háblate bien
Todos tenemos una voz en nuestras cabezas y en ocasiones puede ser muy crítica. Registra las veces que durante el día te envías mensajes negativos a ti mismo. Te sorprenderá con que frecuencia te criticas al cabo de un día, con ese diálogo interno.
Trata de hablarte con compasión, con frases más positivas y estimulantes, verás como tu actitud empieza a cambiar rápidamente. Mensajes del tipo: “todo el mundo se equivoca”, “equivocarse es humano”, “un fracaso no me convierte en un fracasado” o “sólo fallando se aprende”. Estas consignas hacen de nuestro día, un mundo mejor.
3. Da las gracias
Practica el agradecimiento, tu felicidad y productividad aumentará, ya que expresar gratitud hace que nos centremos en la esperanza, el optimismo, la inspiración, la valoración de los esfuerzos y resistir mejor los contratiempos.
4. Presta atención al lenguaje corporal
Según el neurocientífico Amy Cuddy, puedes demostrar el poder y la confianza simplemente cambiando la manera en que sostienes tu cuerpo.
Por ejemplo, la adopción de una postura de confianza con los brazos en las caderas y piernas bien posicionadas aumenta la testosterona y disminuye la hormona del estrés cortisol. Con el lenguaje corporal enviamos mensajes a nuestro cerebro de cómo nos sentimos y qué queremos transmitir, y él, responde al momento.
Ante situaciones que pueden generarte estrés, practica posturas de fuerza para informar a tu mete de lo que esperas de ella.
5. Mantente activo (física y mentalmente)
El ejercicio es una buena oportunidad para simplemente no pensar en nada. Aunque no es obligatorio ir al gimnasio, tómate 20 minutos del día para levantarte y moverte.
El movimiento ayuda a liberar tu mente y tu cuerpo para estimular tu potencial creativo. Caminar se ha encontrado que aumenta la creatividad. Hacer algo de actividad te ayudará con la creatividad y también a focalizar la atención en aquello más importante.
Juega al Sudoku o a hacer crucigramas, o a cualquier actividad que resulte un desafío para tu mente. También puedes obtener un beneficio similar de la meditación. Con sólo de 20 a 30 minutos diarios se ha demostrado que aumenta la concentración, reduce el estrés y la ansiedad, e incluso reduce la sensación de dolor físico.
6. Come Inteligentemente
Quizá la comida basura te guste, pero es un claro ejemplo de decisión negativa. Esta alimentación hace a tu cuerpo más lento y bajo de energía.
El consumo excesivo de azúcar, se ha relacionado con todo tipo de trastornos de salud, los cambios de humor y la caída de la productividad. Además, los alimentos procesados ayudan, cuando no son causa directa, de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, e incluso el cáncer de mama.
7. Duerme de forma reparadora
El sueño es fundamental para el enfoque, la concentración, el trabajo y el rendimiento académico, mantener tu apetito bajo control, y toda una serie de aspectos positivos para la salud.
Si nos encanta ver salir el sol, ¡genial!, es una decisión positiva que nos ayudará a estar mejor durante el día y a ser agradecidos. Pero para que sea efectivo, debes estar en la cama a las 9 pm. Nada es tan reparador y positivo como una buen descanso y un sueño reparador.
Si te cuesta calmar tu mente para conciliar el sueño, puedes utilizar auto-instrucciones del tipo: “Estoy orgulloso del trabajo hecho hoy, agradezco a mi cerebro y a mi cuerpo es esfuerzo hecho y ahora voy a dejar que descansen tranquilamente.” También puedes seguir algún consejo para evitar, reducir o eliminar el insomnio.
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